lunes, 7 de diciembre de 2009

Hablar de los pasos perdidos.

"Las variedades de pasos son hechuras de espacios"

Michel de Certeau.


El hombre va entre el descubrimiento y la creación. La necesidad de sumergirse en el espacio solo es posible al andar. Andar es la práctica cotidiana por excelencia y representa la singularidad de esos territorios que se activan cuando alguien transcurre en ellos.
Podríamos decir que la ciudad se percibe viva por esta variedad de pasos que van acumulando experinecias.
Certeau ve la vitalidad de estos pasos poniéndolos a la par con el acto de hablar, para no sólo dejarlos en un plasmación grafica que se vuelve sólo un registro, una proyección.
El caminar para Certau es una práctica constante, un acto vivo y una apropiación. Así como cada quien tiene su manera de hablar, también tiene su manera de andar. Los pasos son la tinta, el pincel que va haciendo narraciones o va hablando de lo fático, de su presente.
Prohibiciones, puntos, comas, dos puntos; siga contando una historia, cuento, leyenda, chiste, sueño que dé prueba del lugar vivido, del lugar andado, de su experiencia y lo nuevo que dejo en nosotros. El andar afirma, sospecha, arriesga, transgrede, respeta, etcétera, las trayectorias que habla. Trayectorias que se entrecruzan y tejen, que se han encontrado y nos vamos contando unos a otros cuando también coincidimos en un lugar.
Precisamente todas las obras de arte urbano crean constantemente una retorica del espacio, una manipulación, procedimientos que nos permiten a todos desarrollar nuestros discursos tanto individuales como colectivos, crear otras definiciones del espacio. El arte urbano nos saluda a veces de manera cortes, lúdica o violenta. Es discurso, experiencia, intercambio y ocasión. Inician un dialogo con nosotros y el lugar que andamos. El lugar que nos toco vivir.

Así los pasos comienzan ignorantes pero lentamente se van volviendo sabios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario